Cada 31 de mayo, Tucumán celebra su fundación y revive el misterio de Ibatín, la tierra donde nació la historia

La primera ciudad tucumana aún conserva vestigios de la rica historia de nuestra provincia.

Lugares31 de mayo de 2025Redacción ShowOnLineRedacción ShowOnLine
Ibatín

El 31 de mayo no solo es una fecha marcada en el calendario tucumano, sino también un día de profunda conexión con el pasado. Esta jornada rememora la fundación de San Miguel de Tucumán, un evento crucial en la historia de la provincia, que data de 1565. 

El militar español Diego de Villarroel fue quien, en esa fecha, dio vida a la ciudad en un paraje conocido como Ibatín, ubicado en el sur provincial, en lo que hoy es el departamento de Monteros. En ese remoto 31 de mayo, Villarroel fundó la ciudad bajo el nombre simbólico de “San Miguel de Tucumán y Nueva Tierra de Promisión”, estableciendo la primera estructura urbana de lo que más tarde se convertiría en el núcleo de la capital tucumana. 

Este evento no fue solo un acontecimiento militar. El hecho marcó el inicio de una relación compleja con los pueblos indígenas que habitaban la región, quienes practicaban la caza, recolección y agricultura en las fértiles tierras del sur tucumano.

La ciudad de Ibatín, pese a su corta existencia de apenas 120 años, fue crucial para el desarrollo de la región, gracias a su ubicación estratégica cerca del camino que conectaba el Perú con el Río de la Plata, lo que favoreció su crecimiento comercial. Sin embargo, los problemas con las inundaciones y el paludismo, sumados a las crecientes tensiones con los pueblos originarios, marcaron el ocaso de este primer asentamiento.

El momento culminante que llevó al abandono de Ibatín fue la gran inundación de 1678. La misma arrasó parte de la ciudad y destruyó importantes edificaciones, como la ermita de San Judas Tadeo y San Simón. Tras esa catástrofe, los habitantes se vieron obligados a tomar una decisión trascendental: limpiar el cauce del río o trasladar la ciudad. Optaron por lo segundo, y en 1685, San Miguel de Tucumán se trasladó a su actual emplazamiento, más de 60 kilómetros al norte, en la zona de La Toma.

El Legado de Ibatín

A pesar de la desaparición de Ibatín, el sitio sigue vivo en la memoria de los tucumanos. En 1965, un centenario después de la fundación, comenzaron las primeras excavaciones en la zona, que revelaron los cimientos de edificios emblemáticos como el Cabildo, la Iglesia Matriz y el colegio de los jesuitas. Estos hallazgos dieron paso al Parque Provincial y Museo Arqueológico a Cielo Abierto Ibatín, inaugurado también en 1965, para preservar y exhibir los vestigios de la primera ciudad tucumana.

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