"Flower power", fascinación por el estampado en todas sus variantes

De la silueta Corolle de Christian Dior a las famosas fiestas de Marlos Martorell que fotografió Toni Riera, las flores forman parte del imaginario de la moda. Vida y color en un clásico actualizado

Moda 28/07/2023 Redacción ShowOnLine Redacción ShowOnLine

“Después de la mujer las flores son las creaciones más divinas”, afirmó en más de una ocasión el gran Christian Dior. Tanto es así que el nombre que este maestro de la costura había dado a su colección debut que le catapultó a la fama en 1947 era Corolle, haciendo referencia al segundo verticilo de las flores completas. Fue debido al esplendor de esa nueva silueta, que supuso el adiós definitivo a la escasez de materiales durante la Segunda Guerra Mundial, que Carmel Snow, editora en ese momento de Harper’s Bazaar en Estados Unidos, escribió: “Es casi una revelación querido Christian. Tus vestidos son un verdadero new look”, rebautizando así a esas creaciones históricas. Desde entonces, las flores han formado parte del armario femenino, ya sea en el estampado como en el corte de confección, algo de lo que también se ha hecho eco en estos últimos años, en los que la naturaleza nos resulta tan frágil y necesaria, el mundo del diseño de interiores.

En los desfiles que apuntaban las tendencias para este verano el estampado floral mostraba su vertiente más romántica, tanto en las propuestas de corte maxi u oversize como en babydolls y transparencias. A ello se han sumado las prendas de baño y los accesorios, augurando un verano de pura delicadeza. Pétalo a pétalo se han cosido las flores de las sandalias de tacón de Mascaró y mediante el crochet y otras técnicas artesanales se han confeccionado las aplicaciones de los bolsos y sneakers de Hogan, así como la lencería y línea de baño de Dolores Cortés. También las espadrilles de Mibo se visten de flor y en tonos como el amarillo del rizoma de la cúrcuma.

Jardines y aromas sutiles

La paleta cromática se mueve entre los tonos y combinaciones más naíf a los tonos más oscuros y elegantes. Destacan las faldas hasta el tobillo con tops a conjunto en seda estampada con flores primaverales de Dior, los maxivestidos y wrap dresses en blanco con intrínsecas ramas florales en azul o en una combinación de lilas y albaricoques de &other stories, los homenajes al movimiento británico Arts & Crafts en blusas atadas sobre el ombligo y en combinación con pantalones de estilo setentero de ANTIK BATIK, y los blusones y vestidos con flores tamaño XL en transparencia sobre negro de Roberto Verino.

Los tonos muy saturados han quedado más relegados esta temporada en términos de estampación textil floral. “La estridencia ha dejado paso a esa preciosa estampa que supone el cuadro Ophelia, del prerrafaelita Dante Gabriel Rosetti, de quien puede verse hasta septiembre una retrospectiva en la Tate Britain de Londres. Los jardines inundan las prendas, pero con sutileza. Como mucho, y en nuestra semana de la moda, tal vez la más iconoclasta del circuito, hemos podido ver algunas propuestas más barrocas y con aplicaciones destellantes, como las de Simone Rocha”, expone Joy Clemens, profesora de Estilismo en la escuela Central Saint Martins de la capital británica.

Elegancia y placer

Si bien en el terreno del diseño de moda las flores se muestran en su matiz más delicado, en el terreno de la decoración solo firmas escandinavas y suizas mantienen esta pulcritud minimalista y más relajada, como vemos en los jarrones de Hay y el mobiliario outdoor de Dedon, con ergonomía a medio camino entre la hoja del ficus y las alas de una mariposa. Son precisamente las firmas con sede italiana las que más han querido desplegar el esplendor más exuberante del mundo vegetal. Missoni y en especial Lisa Corti han lanzado colecciones con verdes intensos, amarillos casi mostaza, carmines… Es más, en el caso de la milanesa Corti, toda una poetisa de los tejidos, observamos como los diseños de sus cojines, ropa de cama, mantelería y ligeras alfombras se alejan por completo de la neutralidad y la sobriedad, desprendiendo un estilo único con una pirotecnia cromática que va del verde esmeralda al carmín, el fucsia y el amarillo mostaza, tonos que en su línea de diseño de ropa, con caftanes y vestidos de patrones fluidos, se erigen como el contrapunto a la tierna exquisitez que predomina esta temporada.

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