Villa Nougués: un paraíso escondido entre la naturaleza y las nubes

Un paisaje soñado a pocos kilómetros de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena.

Lugares17 de julio de 2025Redacción ShowOnLineRedacción ShowOnLine
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Villa Nougues

Ubicada a tan solo 24 kilómetros de San Miguel de Tucumán, Villa Nougués se alza como una joya enclavada en las Yungas tucumanas. Este pintoresco paraje, situado a 1350 metros sobre el nivel del mar, combina a la perfección el encanto de la arquitectura europea con la exuberancia de la selva de montaña. Sus casas de piedra gris, cubiertas de vegetación y rodeadas de jardines, le otorgan una atmósfera única que invita al descanso, al descubrimiento y al contacto con la naturaleza.

El entorno privilegiado de la villa permite disfrutar de una variada oferta de actividades al aire libre. Senderos inmersos en la selva conducen a cascadas como la del río Noque, ideales para los amantes del trekking. Para los más audaces, Loma Bola, muy cerca del lugar, se consolida como un punto clave para la práctica del parapente, con despegues que regalan vistas panorámicas incomparables del valle. También hay espacios para la práctica de golf, paseos por parques y zonas recreativas pensadas para toda la familia.

Uno de los emblemas culturales de Villa Nougués es la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, un edificio de estilo neogótico que no solo es un punto de interés arquitectónico, sino también un sitio de profunda significación para los habitantes y visitantes. Junto a la gruta de la Virgen de Lourdes, estos espacios invitan a la contemplación y a conocer más sobre la historia y el espíritu de la comunidad que dio vida al lugar.

La experiencia en Villa Nougués se complementa con propuestas gastronómicas que permiten disfrutar de los sabores regionales con una vista inmejorable. Cafés y restaurantes con terrazas panorámicas se convierten en el escenario ideal para degustar platos típicos, descansar tras una caminata o simplemente contemplar el paisaje con una taza caliente entre las manos. En otoño, los colores del follaje transforman la villa en una postal viva, perfecta para capturar con los sentidos o con la cámara.

Para quienes deseen visitarla, el acceso es sencillo: desde la capital tucumana se toma la Ruta Provincial 338 y en menos de una hora se llega al destino. Se recomienda llevar ropa cómoda, calzado adecuado para caminar, protector solar y repelente. Además, se puede aprovechar el viaje para conocer otros puntos cercanos como San Javier o Yerba Buena, completando así una escapada perfecta entre naturaleza, cultura y aire puro.

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