Restauró una estación YPF abandonada con el estilo original de 1938

En Alicia, Córdoba, Federico Mallia, de 33 años, armó un bar respetando la estructura Art Decó de una construcción que estaba destina a ser demolida.

Diseño22 de agosto de 2023Redacción ShowOnLineRedacción ShowOnLine

“Creo en Argentina”, confiesa Federico Mallia, de 33 años. Restauró una vieja estación de servicio YPF de 1938 que estaba abandonado en su pueblo Alicia, en el noroeste de Córdoba. La convirtió en un bar y le devolvió a esta pequeña localidad de 3500 habitantes un punto de encuentro, pero también parte de su identidad.

“Fue el ícono del pueblo”, cuenta. Vandalizada, y cuando todos pensaban que iba a ser demolida, la compró en 2019 y comenzó con su sueño de recuperación: “Siempre me dijeron que estaba loco”, confiesa.

Cuando entró por primera vez, sintió muy mala energía en la estación. Después de un año de negociación, y con varias corridas cambiarias, en medio de las reiteradas crisis y cuando muchas veces creía que no iba a ser posible, pudo comprarla. No tenía llaves ni puerta, le habían robado todas las aberturas. “Me dije: ‘toda esa mala energía la voy a convertir en buena, la estación va a vibrar diferente’”.

“No sabía bien qué iba a hacer, solo quería restaurarla –afirma Mallia–. Daba muy mal aspecto al pueblo”.

“Me parecía que había que darle vida”, cuenta. Dos años y medio tardó la restauración. No descansó un solo día, se alió con un arquitecto de Las Varillas (a 25 kilómetros), quien se obsesionó como él. Federico comenzó solo a limpiar. Las paredes estaban con hongos, la estructura a punto de colapsar. Inició el proyecto por la fachada. Los vecinos comenzaron a ver movimiento y, acostumbrados a ver un espacio abandonado desde 2010, se esperanzaron. “Muchos creían que había que derrumbarla”, dice Mallia. “A mí me volaba la cabeza la idea de volver a abrirla”, dice.

“Tiene un diseño vintage”, cuenta Mallia. Fiel a su criterio de preservar las líneas originales de las estaciones de mitad del siglo pasado, detenida en el tiempo, en ella venden combustible aunque sin bandera de ninguna petrolera. Como el pueblo no tenía un espacio dónde comer, montó allí un restaurante donde ofrecen un menú basado en carnes y pastas. Aunque los jóvenes comenzaron a frecuentarlo como bar y la propia limitación de ser una estación de servicio en la ruta, dio espacio a la idea de hacer un bar. “Fue una demanda del pueblo”, cuenta Mallia.

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