26 años después, la mano de Rose sigue marcada en la ventanilla del auto de "Titanic"

Hay escenas que dejan huella y la de Kate Winslet en la cinta con Leonardo DiCaprio es el mejor ejemplo.

Agenda 09/04/2024 Redacción ShowOnLine Redacción ShowOnLine

Titanic tiene muchas escenas memorables, comenzando por la de la dichosa tabla, pero hoy hablamos del primer encuentro sexual que Jack y Rose tienen en la bodega del transatlántico. Los dos protagonistas se esconden entre las cajas y coches que hay almacenados en el barco y, en una de las escenas románticas más famosas de la historia del cine, Rose pone la mano en el cristal empañado, dejando su huella.

Más de dos décadas después, el director James Cameron reveló en una publicación de Twitter que la marca seguía justo en el sitio donde la había puesto Winslet. "Más de 20 años después, la infame huella de la mano del Titanic sigue ahí, miren bien", comentaba el cineasta.

¿Magia del cine o algo del espíritu del Insumergible? Tenemos que desvelar que tiene truco porque, según el propio Cameron, se utilizó un aspersor especial para asegurar que se conservara más tiempo del habitual y les permitiera rodar la película sin fallos de raccord. "En el momento en que el vapor se evaporaba, necesitábamos mantener la continuidad", aseguró en una entrevista con The Hollywood Reporter, "así que simplemente le echamos un poco de spray [para ayudar a que se pegara]. Por eso todavía está aquí".

Los secretos detrás de una escena mítica
El coche al que suben es un Renault Type CB Coupe de Ville lanzado en 1912 y resulta que podemos verlo en el filme antes de que Jack y Rose entren en él. Al principio de la película se puede ver cómo lo suben al barco, cuando la cámara hace una panorámica para ver cómo los pasajeros embarcan.

Por otro lado, añadirlo a la cinta no fue una decisión aleatoria, ya que, en la vida real, solo hubo un barco a bordo y era ese. Según Historic Vehicle, el manifiesto de carga del Titanic recoge que había un Renault Type CB Coupe de Ville en el transatlántico, propiedad de un pasajero de primera clase llamado William Carter. Carter viajaba junto a su esposa, sus hijos, su criado, su criada y su chófer y sobrevivieron al hundimiento, pero el automóvil se quedó en el fondo del océano. Esto motivó al pasajero a presentar una demanda contra White Star Line por el valor del automóvil.

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