Dos tucumanos buscarán la gloria corriendo una de las carreras más duras del planeta en Grecia

Javier Fernández Figueroa y Héctor Rizzotti se preparan para uno de los desafíos más duros para los corredores del mundo.

Tendencias 30/05/2023 Redacción ShowOnLine Redacción ShowOnLine

El Spartathlon es una de las carreras más duras del planeta. Para los amantes de la ultra distancia, es el equivalente al Mundial de Fútbol. Este año, la delegación argentina cuenta con 11 atletas que viajarán a Grecia para competir, entre los cuales hay dos tucumanos: Héctor Rizzotti y Javier Fernández Figueroa.


Esta competencia surgió en 1982, cuando un grupo de ingleses rememoraron la hazaña lograda por el mensajero Filípides, quien corrió 246 km desde Atenas a Esparta en menos de dos días para pedirle ayuda al rey Leónidas para detener el avance de los persas. Desde entonces, la carrera se celebra en septiembre de cada año y sólo convoca a 300 participantes de todo el mundo.

El circuito comienza en Atenas, en una zona cercana al Odeón de Herodes Atticus y al Ágora. Con la largada pautada a las 7, se pasa por el Itsmo de Corinto, el Monte Parthenio y se finaliza en Esparta, a los pies de la estatua de Leonidas I, el rey espartano que murió en la Batalla de las Termópilas luchando contra los persas.

Los corredores que concluyen la carrera reciben una corona de laurel y un cuenco con agua sagrada del río Eurotas.


En cuanto a los requisitos de clasificación, se debe cumplir al menos uno de estos requisitos:


- Haber completado 120 km (hombres) y 110 km (mujeres) en ruta en menos de 12 horas.


- Haber completado 180 km (hombres) y 170 km (mujeres) en ruta en menos de 24 horas.


- Tener ya al menos una participación en la prueba y haber pasado el puesto de control Nestani (172 km) en menos de 24 horas y 30 minutos.


La carrera más dura del mundo


Descrita como la carrera más agotadora del mundo, el Spartathlon discurre por pistas accidentadas y caminos embarrados (a menudo llueve durante la carrera), cruza viñedos y olivares, sube laderas empinadas y, lo más desafiante de todo, lleva a los corredores por un ascenso de 1200 metros y descenso del Monte Parthenio en la oscuridad de la noche.

El ascenso está marcado por un rastro de luces intermitentes de colores que funcionan con baterías y su desafío es una prueba para la resistencia humana y la fuerza mental. Sobre la montaña, las últimas secciones no son menos agotadoras para los corredores mientras siguen un camino que sube y baja colinas antes de descender a Esparta.

Incluso los mejores atletas comienzan a alucinar mientras cubren estas etapas finales. Habiendo perdido todo sentido del tiempo y la realidad, están “en automático” mientras empujan sus cuerpos cansados hacia la línea de meta en la estatua de Leónidas.


A lo sumo, solo alrededor de un tercio de los corredores que salen de Atenas termina el recorrido en Esparta. El objetivo de todos los participantes es cubrir el curso dentro del límite de tiempo de 36 horas.

“Al Spartathlon hay que vivirlo. Es una experiencia muy personal en la que los deportistas sueñan con participar. Entrenamos durante años para estar lo suficientemente en forma tanto física como mentalmente para cumplir con las exigencias de la carrera”, comenta Héctor Rizzotti, Spartatleta Finisher 2021.


Por su parte, Javier Fernández Figueroa, triatleta Ultra, va por su debut en la competencia. Sabe que no es nada parecido a lo que ya corrió, pero cuenta ya con 7 Half Ironman, dos Ironman, un Ultra Ironman y 35 km de nado en el Paraná, que no son desafíos pequeños.

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